Cávea

 


Alucinaciones 1

Desgarré a jirones el yo que aún me quedaba perdido,
queriendo despertar sin sentir que tenía el mismo aliento.
A cucharadas me arranqué el corazón intentando
que sólo la sombra se pareciera al yo de antaño.

Cuando quise despertar y giré la cabeza, no había más que yo;
desesperé en el intento de volverme éter.

¡Qué inútil!, pensé que podía deshacerme de los años a la espalda.
¡Qué atroz!, imaginar que no era yo, acaso, ¿qué otra cosa pudiera ser?...